Llamarte Cyntia.

El nombre Cyntia no es solo un conjunto de letras; es un portal hacia dimensiones de simbolismo y oscuridad. Desde su origen en la mitología griega hasta las formas en que se utiliza hoy en día, este nombre ha acumulado capas de significado que parecen sacadas de textos de terror. Es un nombre que suena como el preludio de algo inquietante que podría encontrarse en los márgenes de un diario antiguo lleno de historias de terror verdaderas. La forma más común de escribirlo es Cynthia, sin embargo, si cuando te encontrabas en pañales e imposibilitado de moverte o hablar por ti mismo una secretaria decidió cambiarlo y tus padres lo notaron pero no hicieron nada al respecto, entonces podrías llamarte Cyntia, como tu servidora, o Cinthya, Cintia, Cyntya, o hasta Syntia, con sus variaciones correspondientes. 

Orígenes Oscuros.

En la mitología griega, Cynthia era un epíteto de Artemisa, la diosa de la caza y la luna. Nacido del monte Cynthus en Delos, este nombre está intrínsecamente ligado a la naturaleza salvaje y a la noche, dos elementos que siempre han sido el telón de fondo de los relatos más escalofriantes. Artemisa, con su arco plateado y su odio visceral hacia la intrusión masculina, podría perfectamente ser una protagonista de un cuento de terror: la vengadora nocturna, la presencia implacable en el bosque, una cazadora tenaz dispuesta a todo.

Llamarte Cyntia es como llevar un fragmento de esa historia verdadera de poder y misterio. Es un nombre que podría pertenecer tanto a una heroína como a una antagonista en un relato de horror; alguien que conoce demasiado, que guarda secretos que podrían cambiar las circunstancias dramáticamente.

El Drama de las Grafías: Variantes

CynthiaCinthiaSintiaCyntia: el nombre tiene tantas variantes como un libro de cuentos de terror tiene finales alternativos. Y cada una de estas formas parece tener su propio carácter. La versión con “h” sugiere un aire más clásico, como si perteneciera a una médium victoriana que vive en una casa embrujada. Mientras tanto, Cyntia, sin la “h”, suena más directa, más moderna, como el nombre de alguien que probablemente investigaría fenómenos paranormales por diversión y viajaría por el mundo cazando nuevos casos.

Pero cuidado con escribirlo mal. Una historia de terror verdadera podría comenzar así: “Todo iba bien hasta que alguien escribió Cintia con ‘s'”. Es un error que podría provocar miradas mortales, como si despertaras algo que debería permanecer dormido.

Cyntia: El personaje que camina entre nosotros.

¿Alguna vez has pensado quién serías en una historia de terror? Imagínate una Cyntia en una película de terror: ella no es la víctima que tropieza en el bosque. Tampoco es la primera en abrir la puerta del sótano. No, una Cyntia probablemente sería la que encuentra el Necronomicón, lo lee en voz alta por curiosidad y luego observa con una mezcla de fascinación y resignación cómo las cosas comienzan a desmoronarse.

Para mi conveniencia, las Cyntias serían las que sobreviven porque ya sabían lo que venía. Son las que, mientras el grupo entra en pánico, tranquilamente encienden una vela negra, limpian sus lentes y murmuran: “Ya lo esperaba”. Hay algo en el nombre que lleva un aire de sabiduría oscura, de alguien que aunque no esté preparada investigará hasta el cansancio para dar con un plan de acción realizable.

Reflexión Final del Nombre Cyntia.

En cuarto lugar. Ya lograste acumular experiencia, ya aprendiste las técnicas, ahora busca donde dar a conocer tus escritos. Busca revistas digitales, periódicos, semanarios, etc., que publiquen temas afines a lo que tú escribes. Si eres como yo, seguramente te inspiras en los casos de terror que encuentras en la vida real y posees escritos de los mejores cuentos de terror para dormir. Arma una colección y empieza a buscarles un medio de difusión, aunque no sea pagado, después vendrá la recompensa.

En quinto o al mismo tiempo. Busca concursos para enviar tus historias, pueden ser cuentos, novelas, relatos, poemas, etcétera. Ya confías en tu talento, ya te han leído sin tirarte tomates y lechugas en el rostro, es el momento de poner a prueba tu don y enviarlo a un jurado para que delibere si es digno de un premio. Inténtalo y no te desanimes si no ganas pronto, tarde o temprano con el entrenamiento adecuado y la constancia, sucederá.

Por último. Envía tu trabajo a editoriales, pregunta con tus conocidos si hay convocatorias para participar en antologías o en otro tipo de publicaciones, mantente abierto a las diferentes opciones.

En fin, si quieres publicar, te recomiendo los anteriores y te agrego otro punto que es esencial: conoce gente, mucha gente, del medio de la escritura por supuesto. Esto hará que aumenten las posibilidades de que te recomienden para un trabajo, te inviten a una antología o participes en festivales o mesas sobre el tema, darte a conocer y exponerte, (aunque no nos guste) es muy importante. 

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